El polémico tuit sobre Kobe Bryant y el sentido de oportunidad en el uso de redes sociales
La muerte del basquetbolista Kobe Bryant y su hija de 13 años, Gianna, es una tragedia que acaba de sacudir al mundo del deporte (y al mundo en general). La noticia de que el exjugador de los Lakers había fallecido en un terrible accidente de helicóptero inundó, desde el domingo 26 de enero, las redes sociales y los medios, con tributos y recuerdos del que fue uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA. Sin embargo, entre las notas que lo alababan como un gran jugador y ser humano, también aparecieron unas que sacaron a la luz uno de los momentos más oscuro de su vida.
Glenda González
Una periodista del Washington Post hizo mención a una vieja acusación de abuso sexual en contra de Kobe Bryant. Felicia Sonmez es la reportera que decide publicar el tuit en su cuenta personal, el mismo día del anuncio del accidente.
Se trata de un artículo sobre el jugador publicado en 2016 en el medio estadounidense Daily Beast. La nota, titulada "El perturbador caso de violación de Kobe Bryant: la evidencia del ADN, la historia del acusador y confesión a medias", recordaba un inquietante episodio en la vida de la leyenda del baloncesto que tuvo lugar en 2003, cuando fue acusado de abuso sexual por una joven de 19 años. El caso se resolvió con un acuerdo entre las partes y una disculpa pública del deportista.
La polémica no se hizo esperar. Miles de tuiteros respondieron molestos al mensaje de Sonmez, quien recibió insultos y amenazas. La mujer se vio obligada a eliminar todas sus publicaciones, y temiendo por su vida se refugió en un hotel. El medio para el que trabajaba también cuestionó su acción, suspendiéndola de su trabajo.
"Debemos revisar si violó nuestra política de manejo de redes sociales", alegó el Washington Post, recordando que su equipo de periodistas debe respetar ciertas normativas que buscan que, al usar sus cuentas, no comprometan la imagen del medio.
El polémico tuit de Somnez, que luego fue borrado |
Días después fue reenganchada, una vez que el Washington Post asegura haber confirmado que no hubo violación a las normas. Aún así, el periódico consideró que el tuit de Somnez fue bastante inoportuno, según se lee en su comunicado. En algunas publicaciones se presume que el reclamo de muchos compañeros de la periodista, que firmaron una queja pública en contra de los dueños del medio, influyó en el reenganche.
En todo caso, lo interesante del caso es que trae a colación dos temas distintos. Por un lado, la forma en que nuestra cultura maneja el tema de la muerte, y por el otro, algunas claves del ejercicio periodístico.
En primer lugar, nos guste o no, la sociedad exige tener en cuenta las normas sociales establecidas y las pautas de conducta aceptadas por las mayorías. Muchas de estas costumbres se han extrapolado a las interacciones virtuales. Vivimos en un contexto donde se tiene como norma no hablar mal de los muertos, como si por el solo hecho de haber fallecido se hubiesen convertido en santos. Tal tendencia se hace más fuerte cuando la persona que muere es una figura pública reconocida, aclamada por el público, y vista como una especie de héroe en el imaginario colectivo.
En segundo lugar el caso me hace pensar en el llamado "olfato periodístico", una frase que se relaciona con la capacidad de un periodista para observar su entorno y la realidad que le rodea con ojos críticos, buscando las verdades ocultas de un hecho. Esto implica tener sentido de oportunidad, además de la capacidad para comprender la responsabilidad que se adquiere al publicar mensajes, así sea un tuit o un simple retuit.
Un periodista debería manejar los factores que intervienen en la difusión de noticias, tomando en cuenta los hábitos y las tendencias de los públicos. Tal conocimiento ofrece al comunicador una ventaja, en comparación con la mayoría de los usuarios de redes sociales, permitiéndole prever las posibles consecuencias de sus mensajes, por muy inocuos que parezcan.
En su tuit, Sonmez solo se limitó a compartir el enlace a la nota original, no comentó nada y ni siquiera fue la autora del escrito, pero generó una tormenta. Incluso, otras personas que han comentado el caso en redes sociales, también dicen haber recibido amenazas de muerte, acoso y ataques por parte de completos extraños.
¿Honrar la memoria de los muertos significa olvidarnos de los errores que cometieron en el pasado? Definitivamente no, pero hay un tiempo y un momento para todo. Y en el caso de Kobe, mencionar un suceso escabroso en el momento en que Sonmez lo hizo parecía un intento por explotar la historia y el sufrimiento de sus familiares y seguidores, que se toparon con este tipo de notas en un momento lleno de dolor.
Entonces, ¿no se puede hablar del pasado oscuro de una celebridad o un icono que acaba de morir? Seguro que sí se puede, pero hay un momento para todo.
Aunque la falla de cálculo de la periodista tampoco es suficiente motivo para una suspensión laboral, Sonmez debió respetar el dolor de los familiares, amigos y fanáticos de Kobe. Era necesario considerar el "estado de la opinión pública", antes de mencionar un caso delicado (que además ya estaba cerrado) en un momento doloroso y complicado en el sentir del público.
Su error, por supuesto, no justifica las amenazas de muerte que recibió solo por decir una verdad incómoda en el momento menos oportuno. Tales conductas -que podrían ser tema de otro escrito- tienen que ver con una forma de "empoderamiento negativo" que se ha generado a partir de la masificación de las redes sociales.
Comentarios
Publicar un comentario