Relaciones peligrosas: Redes sociales y medios digitales
Glenda González
El alcance y la expansión de las redes es tal, que muchos las confunden con medios de comunicación, principalmente porque cubren las necesidades informativas de los públicos.
Esta función es más destacada en la red Twitter, plataforma en la cual se difunden la mayoría de informaciones (y rumores), siendo el espacio idóneo para las primicias noticiosas. Lo que antes hacía un vocero cuando en la madrugada gritaba el principal titular de un periódico y lo promocionaba para venderlo como pan caliente, ahora se hace a través de un tuit.
Esta nueva forma de articular el proceso informativo se ha sistematizado en modelos desarrollados a lo largo de este siglo XXI. Particularmente, la propuesta del Diamante Informativo, de Paul Bradshaw, plantea arrancar la difusión de las noticias mediante un alerta en un microblog -estando Twitter entre los populares- incluso antes de publicar la información completa en el medio.
Pero esta nueva dinámica informativa, que parte de la difusión del contenido en un microblog, convierte el vínculo entre los medios digitales y las redes sociales en una relación peligrosa.
Es innegable la importancia de utilizar las redes sociales para promocionar los contenidos e invitar al usuario a visitar y navegar por un medio digital, pero si la información que se ofrece a través de las redes sustituye a la que se difunde en el medio, pues el público se quedará en la red.
Eso ya lo advierten muchos expertos en medios digitales: para promocionar sus publicaciones se aconseja redactar varios tuits, desde la primicia hasta otros datos interesantes del contenido publicado. El riesgo está en que el usuario se conforme con el tuit y pierda el interés por hacer clic en el enlace y entrar al medio, a lo cual se añade un riesgo todavía mayor: que sean los mismos medios los que conviertan a las redes en sustitutas o emuladoras del medio digital, al no saber usarlas como canal de difusión. ¿Qué hacer ante tal peligro?
Las redes no son medios, son canales de participación
La clave está en comprender el concepto y la función de cada red y en tener claro el objetivo y la estructura de un medio digital. Todo parte por marcar diferencias entre el medio y las redes, brindando a cada cual su espacio y tipificando el contenido que cada uno requiere.
Veamos lo que dicen los expertos:
Veamos lo que dicen los expertos:
Según Orihuela (2008), las redes son “servicios basados en la web que permiten a sus usuarios relacionarse, compartir información, coordinar acciones y en general, mantenerse en contacto”.
En todos los casos lo que predomina en las redes es la construcción de la identidad, de afinidad y participación. Dans (2008) señala que incluso existe una equivocada aplicación del término de redes sociales, ya que en este caso considera que se tratan más de servicios de redes sociales.
Por su parte, Orihuela y Salaverría coinciden en señalar que las redes sociales son una prolongación de las relaciones personales en la vida real, donde se forman comunidades como la familia, el colegio, o los compañeros de trabajo (Dupín, 2009). Es decir, esas uniones se han trasladado a la red con estas nuevas herramientas.
Por tanto, las redes sociales no son medios de comunicación, aunque sí son un nuevo canal de distribución que permite enlazar contenidos en función de lo que interese y publique la audiencia.
Cada usuario configura su perfil propio o bien participa en una puesta en común interactiva para crear la portada de la red, y estos contenidos no son solo informativos, pues se mezclan con comentarios y publicaciones íntimos y personales, tanto propios como de los amigos o seguidores.
Todas estas características ponen de manifiesto el concepto de selfmedia o periódico personalizado (Cabrera, 2000), en el sentido de que los usuarios ven los contenidos que ellos mismos han seleccionado. Sin embargo, las diferencias son notables:
→Todos los amigos o seguidores de la red social a la que pertenece el usuario pueden ver la información que origine, al contrario que el diario personal, que sólo es visto por su creador. Es decir, entre usuarios comunes se comparten los contenidos.
→En la red social aparecen exclusivamente las informaciones que los usuarios deciden publicar. No lo gestiona el medio en función a las preferencias que el usuario haya realizado, sino que el sujeto activo y creador es el usuario. La audiencia o los lectores actúan como propios gestores y distribuidores de la información.
→En algunas redes sociales, los contenidos informativos que decidan publicar se unen a otros “personales” sobre los amigos, familiares o compañeros del usuario. Por lo tanto, existe un factor personal que impulsa un mayor uso de esta herramienta.
→Lo más importante es que si un usuario publica una información en su perfil de la red social se produce un efecto cadena de ese contenido. Inmediatamente, esa información podrá ser vista por toda la red asociada de amigos del usuario que, a su vez, podrán también publicarlos en sus perfiles. Este efecto cadena no se produce con el diario personal.
En este punto llegan a ser notables las diferencias entre los intereses de cada persona o grupo, pero con un ingrediente nuevo: la bidireccionalidad dada por las opciones de participación disponibles en las redes.
Todas estas características ponen de manifiesto el concepto de selfmedia o periódico personalizado (Cabrera, 2000), en el sentido de que los usuarios ven los contenidos que ellos mismos han seleccionado. Sin embargo, las diferencias son notables:
→Todos los amigos o seguidores de la red social a la que pertenece el usuario pueden ver la información que origine, al contrario que el diario personal, que sólo es visto por su creador. Es decir, entre usuarios comunes se comparten los contenidos.
→En la red social aparecen exclusivamente las informaciones que los usuarios deciden publicar. No lo gestiona el medio en función a las preferencias que el usuario haya realizado, sino que el sujeto activo y creador es el usuario. La audiencia o los lectores actúan como propios gestores y distribuidores de la información.
→En algunas redes sociales, los contenidos informativos que decidan publicar se unen a otros “personales” sobre los amigos, familiares o compañeros del usuario. Por lo tanto, existe un factor personal que impulsa un mayor uso de esta herramienta.
→Lo más importante es que si un usuario publica una información en su perfil de la red social se produce un efecto cadena de ese contenido. Inmediatamente, esa información podrá ser vista por toda la red asociada de amigos del usuario que, a su vez, podrán también publicarlos en sus perfiles. Este efecto cadena no se produce con el diario personal.
En este punto llegan a ser notables las diferencias entre los intereses de cada persona o grupo, pero con un ingrediente nuevo: la bidireccionalidad dada por las opciones de participación disponibles en las redes.
El fenómeno se corresponde con lo que se ha denominado la “era de la participación”, integrada a la idea de Nuevo Entorno Tecnológico (NET) (Díaz Arias, 2006).
En relación al periodismo, este proceso participativo impulsa la idea del Periodismo 3.0, que según Valera (2005) es “la sociabilización de la información por los ciudadanos a través de medios digitales.”
Entendiendo conceptos para afinar estrategias
Lo fundamental entonces para los medios digitales, al usar las redes sociales, es ir más allá de re-publicar la información ya publicada en sus portales, para "crear comunidad y cultivar la interacción".Para lograr este objetivo, una de las recomendaciones es comenzar por dar respuesta a las inquietudes de los seguidores, en la medida de lo posible. En este sentido el tiempo de respuesta es importante, dada la naturaleza hiperinformativa de los medios y la velocidad con la que viaja la información en las redes sociales,
Una de las salidas se observa en la tendencia de los medios de comunicación de introducir “formatos participativos”, como los blogs o bitácoras -que buscan establecer un contacto más cercano-, junto a aplicaciones que integran las redes al medio, facilitando compartir los contenidos desde el mismo sitio sin redirigirse a la red social.
Las redes a su vez invitan a amigos a afiliarse. Su rentabilidad es mucho mayor por la afiliación voluntaria, el espíritu colaborativo, el comentar y compartir información y la mayor atención que prestan a los contenidos publicitarios; todo potenciado por la presencia en dispositivos móviles, una de las formas de distribución de contenidos más usada por la audiencia.
Una cuenta en Twitter, Facebook u otra red social no puede ser un canal unidireccional. Una mala práctica en este ámbito es emitir información por estos canales sin responder a las preguntas, comentarios o sugerencias de los seguidores. Hay que conocer muy bien la dinámica de cada red antes de utilizarla, porque el impacto negativo que se genere, difícilmente podrá ser revertido.
Parte del éxito de fomentar la participación depende en gran medida del periodista y de su formación. Sólo si se conoce la naturaleza del medio, sus particularidades y se evalúan las opciones de interactividad, podrá favorecerse el desarrollo de este estadio o nuevos estadios de participación social (Cabrera, Casquero, Fernández, & Jiménez, 2007).
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Fuentes:
*Las redes sociales, los nuevos medios de comunicación. CNP/DC
( http://cnpcaracas.org/2014/04/noticias/las-redes-sociales-los-nuevos-medios-de-comunicacion/)
*Redes sociales y medios de comunicación. CNP/DC
( http://www.cibersociedad.net)
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